Reflexiones prácticas sobre las flores de bach. Qué hacer cuando mueven procesos interiores
Me escribe un alumno lo siguiente:
» A veces al hacer flores hay personas que me dicen que les han sentado mal, que han estado nerviosas o revueltas…. Recuerdo una muchacha a las que se las hicimos y fue muy bien en consulta pero me llamo dos días después y me dijo que le habían sentado mal, que se había sentido cambiada etc. Yo le explique que era imposible tener una reacción de ese tipo con etiología química por las flores, que era agua, que actuaba en plano psíquico , vibracional etc…, que si eso ocurría y la causa eran las flores habría que pensar en qué puertas se abren en mí, en este proceso, que me generen secundariamente este revoltijo.
Convencido de esto se me ocurrió, que les diéramos una segunda oportunidad haciendo una posología progresiva: un día 1×1 otro 2×2, otro 3×3, y otro 4 gotas cuatro veces día. Fue muy bien y hoy ya tomó las decisiones que le hicieron salir de su incertidumbre y es mas consciente de sus bisagras chirriantes »
En efecto, las flores de bach al carecer de cualquier formulación química o farmacológica deben entenderse como remedios o esencias que trabajan profundamente desde la causa real que es la forma de ser de la persona, sus hábitos, sus sentires, como ve la vida y los dilemas o lugares existenciales donde no sabe como resolver adecuadamente sus conflictos o lo que, sencillamente le va surgiendo a través de su periplo.
El trabajo como terapeuta, y lo que requiere formación, es ayudar en este periplo a asentar las experiencias y si es necesario proponer soluciones técnicas para que toda la evolución y mejoría de la persona siga su ruta adecuada.
Es por eso que aspiramos a que nuestros terapeutas, las personas que formamos, sean manantiales de conocimiento y sabiduría disponibles para aquellos que necesitan ayuda.
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